Daniel Bartolomé · Talavera de la Reina, Toledo.
Cuando adquirimos un inmueble, registrar la compraventa en el Registro de la Propiedad puede parecer solo un paso administrativo, pero este acto tiene un papel crucial para proteger nuestros derechos como propietarios. En situaciones donde la compraventa no ha sido registrada, es posible que el bien figure legalmente aún bajo la titularidad del antiguo propietario. Esto puede derivar en un riesgo inesperado: que los acreedores de dicho propietario embarguen el inmueble, sin que nosotros tengamos responsabilidad en la deuda. En estos casos, la tercería de dominio se presenta como una herramienta legal de defensa fundamental.
¿Qué es la tercería de dominio?
La tercería de dominio es un recurso procesal que permite a un tercero ajeno a una deuda demostrar su propiedad sobre un bien embargado. Mediante esta acción judicial, el tercerista —como se denomina a quien la interpone— busca liberar su bien de un embargo que ha sido ejecutado por los acreedores del antiguo propietario. En otras palabras, es una vía legal para proteger nuestros bienes cuando han sido erróneamente afectados por las deudas de otro.
Este procedimiento está diseñado para demostrar ante el juez que quien plantea la tercería es el verdadero propietario y, por lo tanto, el bien no debería estar sujeto al embargo. Si el juez admite la demanda de tercería y se acredita la titularidad, se procederá a levantar el embargo sobre el bien en cuestión.
¿Cuáles son los requisitos para interponer una tercería de dominio?
Para que la demanda de tercería de dominio prospere, es necesario cumplir con varios requisitos legales:
Titularidad real y vigente: Es imprescindible demostrar que el bien embargado pertenece realmente al tercerista. Esta titularidad debe estar vigente y debe haber sido adquirida antes del embargo. No se trata de una mera expectativa de propiedad, sino de un dominio efectivo que pueda acreditarse con documentos legales.
Identidad del bien: Debe probarse que el bien embargado es exactamente el que reclama el tercerista. En caso de que existan dudas o confusiones sobre la identificación del bien, la tercería podría no prosperar.
Existencia de una sentencia previa firme: Para que proceda la tercería, suele ser necesario que haya una sentencia firme previa donde se haya condenado al deudor a cumplir con sus obligaciones y este no haya cumplido voluntariamente, lo cual motiva la ejecución y el embargo del bien.
Demostrar que el bien no fue subastado: La tercería de dominio solo puede plantearse antes de que el bien haya sido subastado. Si el proceso de subasta ya concluyó, lamentablemente se pierde la oportunidad de interponer este recurso, y el tercerista quedará sin medios para recuperar el bien por la vía de la tercería.
¿Cómo se demuestra la titularidad del bien en una tercería de dominio?
Para acreditar la propiedad del bien, el tercerista debe presentar pruebas documentales contundentes que demuestren su derecho. Entre estos documentos destacan:
Escritura de compraventa: Un documento público y registrado a nombre del tercerista o de un causante (una persona fallecida que le haya dejado el bien en herencia).
Títulos de propiedad válidos y anteriores al embargo: Es esencial que la documentación que demuestre la titularidad sea anterior a la fecha en la que se ejecutó el embargo. Documentos posteriores no serán considerados prueba suficiente en el procedimiento de tercería.
Efectos del procedimiento de apremio al plantear una tercería de dominio
Una vez planteada la tercería de dominio, el procedimiento de ejecución o de apremio queda suspendido hasta que se resuelva la tercería. No obstante, esto no significa que el acreedor quede desprotegido: tiene derecho a solicitar medidas de aseguramiento si puede justificar el riesgo de que el bien sea transferido o vendido mientras se resuelve la tercería. Esto permite que se mantengan ciertos controles para evitar la dilación injustificada del proceso.
¿Qué efectos tiene la resolución de la tercería de dominio?
Es importante entender que la resolución de una tercería de dominio no implica una declaración de dominio. La sentencia no establece la propiedad definitiva del bien, sino que se limita a decidir si se levanta el embargo o no, en base a la titularidad que se haya probado.
En caso de que el juez considere que el tercerista es el propietario real, se acordará el levantamiento del embargo. Sin embargo, si no se presentan pruebas suficientes de titularidad, el embargo permanecerá vigente. Además, esta resolución no tiene efectos de "cosa juzgada" sobre la titularidad del bien, lo que significa que cualquiera de las partes puede iniciar un nuevo proceso judicial para resolver una disputa sobre la propiedad en el futuro.
La importancia de la tercería de dominio para corregir errores judiciales
La tercería de dominio permite corregir errores en los que, debido a la falta de inscripción en el Registro de la Propiedad, se haya embargado un bien que ya no pertenece al deudor. En estos casos, los embargos deben recaer únicamente sobre bienes del ejecutado y no sobre bienes de terceros ajenos a la deuda. Por este motivo, se insiste en la importancia de inscribir las compraventas en el Registro de la Propiedad, ya que esto proporciona una protección legal frente a terceros.
Recomendaciones finales para evitar problemas de embargo
La tercería de dominio es una herramienta valiosa, pero idealmente, el comprador debe prevenir estos riesgos registrando su propiedad correctamente en el Registro de la Propiedad. Esto no solo protege ante posibles embargos por deudas del anterior propietario, sino que también otorga seguridad jurídica al nuevo dueño.
En casos complejos o dudas sobre embargos y derechos de propiedad, es recomendable contar con asesoramiento legal especializado. Cada caso puede presentar particularidades que requieren una interpretación detallada de la ley, y un abogado experto en derecho civil y registral puede guiar de manera adecuada para proteger los derechos de propiedad y actuar rápidamente en caso de embargos injustificados.